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Más allá de una impresora 3D, un modelo de producción
La idea de Emmanuel Gilloz, creador de la FoldaRap, es ingeniosa: crear una impresora 3D que se pliegue.
La historia de esta impresora curiosa y verdaderamente transportable, empezó en 2011. Después de construir otras impresoras, Emmanuel se lanzó en su diseño. Y después de varios meses de trabajo, llegó a un resultado operativo que publicó en la wiki del proyecto RepRap.
El campo de posibles que abrió la licencia libre del modelo RepRap original y la ideología de la reproducción y de la fertilidad que la soportaba provocó y sigue provocando la emergencia de múltiples modelos, diseños, propuestas, etc., alimentados por la publicación del conocimiento colectivo más actual. Correlacionado con la popularización de la financiación colectiva, nuevo diseño y nuevas características suelen ser los ingredientes para el éxito de cada nueva impresora, que sea directamente comercial o no.
Así pues, empezó Emmanuel con su primera campaña donde el dinero recaudado le ayudó a producir los kits que se le pidieron.
Entonces, ¿una segunda campaña para qué? Para ir más allá y enseñar el potencial del modelo open source de una manera realista: ahora pues no sólo se trata de financiar una segunda versión, mejorada y accesible a más personas, – aunque eso sea importante – sino de apoyar una red por venir de fabricación descentralizada.
Está claro que la técnica importa y que la perduración y la mejora del modelo son elementos esenciales para la adopción de la impresora por parte de los usuarios. Pero la visión e integración de la FoldaRap en un ecosistema más horizontal y colaborativo es sumamente interesante. Y sin duda, si no es para tener una bonita impresora 3D plegable, es para fomentar esta idea de producción P2P que habrá que hacer caso a este proyecto y apoyarlo.
La FoldaRap está en Goteo