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Con un boli y poco más hagamos un pueblo de papel luminoso
Con 7 años, unos elementos sencillos y unas dos horas por disfrutar en la calma, los niños crean su poético pueblo de papel que se enciende cuando oscurece. Hay un perro en el umbral, mil colores en el interior de la casa que aumentan los reflejos de la luz que se proyecta en el suelo a través de las ventanas y de la puerta abierta. Y hay mil historias, que una vez este variado escenario montado, los niños no dejan de contarnos. De su creación, hacen un juego duradero.
Eso es posible gracias a los componentes que reúne el Glowing House set: dos plantillas para las casas y sus techos, 2 pilas, 2 LEDs, 2 sensores de luz, 2 transistores, 2 resistencias y un boli de tinta conductiva. Gracias a esa tinta no tóxica, los niños dibujan con naturalidad las conexiones entre cada componente. Después de montar las casas, quedará mucha tinta conductiva que podrán reutilizar con LEDs y pilas para animar cualquier de su dibujo.
La realización de cada casita es muy sencilla y no dura más de 2 horas. Hicimos un tutorial para que sea aún más fácil de montarlas. Así que sólo queda hacerla, tal vez durante el descando de Navidad y de fin de año :-).